Cuando una persona elige un producto u otro cuando está caminando entre los lineales de un supermercado, en realidad está premiando o castigando el esfuerzo no ya a una u otra empresa, sino de todas aquellas empresas que conforman la supply chain del producto que ha sido comprado o se ha dejado de comprar.
Cuando esta misma acción se repite muchas veces, demasiadas veces, las empresas que componen la supply chain castigada empiezan a mirarse unas a otras, primero con cara de pena, luego con cara de enfado, y al final con cara de perro.
Y claro, al final lo paga el más débil. El proveedor de turno que no llega a los estándares de calidad o cuyos precios de mercado no son lo suficientemente competitivos.
No olvidemos que cualquier supply chain es tan fuerte como el más débil de sus eslabones, por lo que existen dos opciones:
- Tratar de cambiar el eslabón más débil en busca de mayor fortaleza, lo que puede llevar a la cuestión de más vale malo conocido que bueno por conocer... y asumir sus riesgos.
- Cuidar/mimar al eslabón más débil y velar por su salud para que todos los que conforman la supply chain salgan beneficiados.
miércoles, 24 de septiembre de 2008
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1 comentario:
Nunca había mirado la suply chain desde esa perspectiva. Gracias!
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