martes, 4 de noviembre de 2008

Medidas en tiempos de crisis (II de II)

En el post anterior comentamos que reducir los niveles de inventario nos ayudaría a:

- Dismunir costes asociados al stock y liberar recursos financieros.
- Sacar a la luz las ineficiencias cometidas en la empresa y que eran disimuladas por los elevados niveles de existencias.

Ahora nos toca ver cómo se pueden ajustar o reducir los niveles de inventario a las necesidades reales de la empresa.

En una organización, el stock es generado básicamente por dos fuentes de suministro: Los proveedores y el proceso de fabricación. Por lo tanto, tendremos que actuar sobre estas dos variables, a las que podríamos añadir la importancia de realizar unas previsiones de venta lo más fiables posibles. Vayamos por partes:

En una empresa convencional de fabricación repetitiva, si metemos la pata en las previsiones de venta realizadas, difícilmente podremos torear los vaivenes del inventario en forma de sobrestock o faltas de stock. Resulta vital acercarnos lo máximo posible a la realidad a la hora de prever la demanda futura. ¿Pero cómo? Podemos confiar en que a nuestro sales forecaster le funcione bien la bola de cristal, o podemos hacerlo de forma colaborativa con nuestros clientes, distribuidores y proveedores. El concepto es sencillo: dos ojos ven más que uno. Lo dífícil es implementarlo.

En el caso de las dos fuentes de suministro de stock (proveedores y fabricación), tenemos que actuar para que ambos puedan ser más flexibles de lo que son. Es decir, capacitarles para que puedan suministrar gran variedad de referencias, en lotes ajustados y con gran frecuencia. En ambos casos podemos echar mano de las archiconocidas técnicas del mundillo del JIT, Lean Manufacturing, Sistemas Pull y un largísimo etcétera, o por qué no... de otro sistema que también ha venido funcionando en todas partes: a punta de pistola.

Personalmente sigo pensando que lo que más falla en las empresas actuales es la gestión de la información. Estoy convencido que la cantidad de stock y la calidad de la información son conceptos inversamente proporcionales: a más y mejor información, menores niveles de inventario y viceversa. La buena información puede venir a sustituir al stock. El objetivo debe ser la transparencia a lo largo de la supply chain. Es ahí donde debemos actuar.

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