Cuando hablamos de gestionar la logística de una organización, básicamente nos referimos a:
- Gestionar el flujo de los productos
- Gestionar el flujo de información
a lo largo de la cadena de suministro.
Dos conceptos a los que habrá que seguir la pista para ver cómo evolucionan en los próximos años: el concepto "producto" y el concepto "información".
En un futuro próximo los productos, los objetos, las cosas... podrán ser identificados de forma única y universal mediante chips o tags microscópicos, identificables por radiofrecuencia, los cuales contendrán información de distinta índole acerca de los productos. Cada objeto sabrá quién es, dónde está, de dónde viene, a dónde tiene que ir, etc... Los propios productos serán inteligentes. ¿Será necesario que los/las responsables de logística lo sean? ¿O el mejor logístico será aquél que mejor sepa aprovechar la inteligencia de los productos?
Si a esto añadimos que a cada objeto se le asigna una dirección IP, esto hará posible que las cosas estén en internet y puedan conectarse entre sí. Cuando decimos que los productos estén en internet, no nos estamos refiriendo a que lo hagan únicamente de forma pasiva. A estas alturas, ya se han acuñado términos como blogjects (objetos que bloguean) o tweetjects (objetos que twittean). Esto traerá consigo una mayor transparencia y visibilidad de lo que las cosas "saben". Los productos serán capaces de conversar en la web.
Por lo tanto, parece que los dos conceptos a gestionar por la logística pueden cambiar en el futuro:
- Los productos se convierten en únicos e inteligentes.
- La información sobre los productos se transforma en conversación en la web.
En definitiva, nuevas variables y escenarios que seguramente deriven en nuevos roles y perfiles de las/los responsables logísticos del futuro.
jueves, 5 de febrero de 2009
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